martes, 29 de octubre de 2013

El trabajo


George Turklebaum, de 51 años de edad, que trabajaba como revisor en una
empresa de Nueva York desde hace 30 años, sufrió un paro cardíaco en la
oficina que compartía con otros 23 trabajadores.
El lunes por la mañana llegó a trabajar, discretamente, pero nadie notó que no se
marchó nunca hasta que sábado por la mañana el personal de limpieza preguntó
qué hacía trabajando fin de semana.
Su jefe, Elliot Wachiaski, declaró: "George siempre era el primero en llegar
por la mañana y el último en marcharse por la noche, por lo que a nadie le
pareció extraño que estuviera continuamente en su sitio sin moverse y sin
decir nada. Era bastante reservado y su trabajo le absorbía".
Un examen post mortem reveló que llevaba muerto 5 días tras sufrir un infarto.
Resulta irónico saber que George estaba revisando unos manuscritos médicos
cuando murió.
Por favor, de vez en cuando dale una palmadita en la espalda a tu compañero.
Y la moraleja de la historia: No trabajes demasiado. Nadie se va a dar cuenta

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